Etiquetado de productos alimenticios: tendencias y buenas prácticas

“Pieza de papel, cartón u otro material semejante, generalmente rectangular, que se coloca en un objeto o en una mercancía para identificación, valoración, clasificación, etc.”

Esta es la definición de etiqueta de producto que ofrece la RAE (Real Academia Española), que, como se ve, alude principalmente a 2 aspectos:

1. MATERIAL, de qué esta hecha la etiqueta.
2. FUNCIONALIDAD, para qué sirve.

La definición de la RAE, al igual que ocurre con otras, es, por así decirlo, un armazón, una exposición clara y lo más exacta posible de los caracteres genéricos. El propósito de este post es dotar de mayor contenido a ese ‘esqueleto’ y mostrarte, de paso, algunas tendencias y buenas prácticas en el etiquetado de productos alimenticios, basándonos para ello en nuestra experiencia de más de 30 años como fabricante de etiquetadoras manuales y automáticas.

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MATERIAL DE LAS ETIQUETAS

Aquí nos encontramos con que cada vez es más habitual el uso de las etiquetas linerless, que eliminan el papel soporte utilizado hasta el momento en las denominadas etiquetas pre-cortadas. Las linerless son etiquetas autoadhesivas y su éxito se debe a 3 motivos:

1. No generan residuo. Al no tener papel soporte, el aprovechamiento es máximo. El rollo adhesivo no tiene otra capa de papel sobre la que se pega, sino que se enrolla sobre sí mismo. 
2. La longitud de la etiqueta se adapta exactamente a la cantidad de información a imprimir. Esto no ocurre con las etiquetas pre-cortadas, que tienen unas medidas concretas de largo y ancho.
3. Para un mismo número de etiquetas, el rollo de las linerless ocupa menos espacio que el de las pre-cortadas.

Hasta la fecha, en DIBAL no comercializamos etiquetas. Lo que sí diseñamos, fabricamos y distribuimos son equipos preparados para imprimir tanto etiquetas pre-cortadas como etiquetas linerless. Las linerless se pueden utilizar tanto en balanzas comerciales como en equipos industriales, y en los últimos tiempos hemos apreciado una utilización mayor en las balanzas comerciales.

FUNCIONALIDAD DE LAS ETIQUETAS

¿Para qué debe servir una etiqueta de producto alimenticio? Sencillo: para ofrecer información útil al consumidor. Y la utilidad viene determinada en gran medida por la claridad.

Los consumidores están demandando información diáfana sobre lo que se van a llevar a sus hogares. Quieren poder decidir con total conocimiento de causa, conocer los ingredientes utilizados, valores nutricionales, alérgenos, etc. Por otro lado, cada vez existe una mayor aceptación en que las marcas vayan más allá de lo establecido por las normas y directrices europeas y proporcionen el acceso a otros datos complementarios sobre el producto a través de Códigos BIDI o QR.

En el caso de los productos frescos o precocinados es importante que la etiqueta no tape o esconda el alimento, que el consumidor aprecie con nitidez su estado y frescura. Las etiquetas transparentes o con un diseño natural suponen un punto positivo en este sentido.

Por otra parte, el color utilizado en las etiquetas también ayuda a la identificación. En el imaginario colectivo hay colores asociados a familias de alimentos: el verde, a las frutas y verduras; el azul, a los productos del mar; el rosa, a las carnes; el amarillo, a panes, etc.

Como fabricante de etiquetadoras, en DIBAL conocemos asimismo el punto de vista de los encargados de etiquetar (marcas, establecimientos…), la importancia que otorgan, por ejemplo, a que las etiquetas estén preparadas para soportar las condiciones de humedad, temperatura, exposición a la luz, etc., a las que van a ser sometidas; o a que la impresión sea de gran calidad y que toda la información se lea perfectamente. Y todo ello, claro está, siempre en las mejores condiciones económicas posibles.    

Un ingrediente más del producto

La pregunta que nos suelen hacer llegados a este punto es la siguiente: teniendo en cuenta las necesidades y prioridades de los diferentes actores intervinientes (consumidores, marcas y legisladores), ¿en el etiquetado de productos alimenticios hay espacio para la creatividad?

La respuesta es un rotundo sí. En DIBAL, de hecho, consideramos la etiqueta como un elemento o ingrediente más de los productos, que, como los otros, contribuye a que el consumidor se decante por esa opción o escoja otra, y, como tal, hay que dedicarle tiempo y esfuerzo. La creatividad tiene cabida en muchos ámbitos del etiquetado: materiales, formas, diseño, información mostrada, tipografía, uso de negritas, cursivas… ¡Incluso en los olores! El sector de los vinos y el de los perfumes son excelentes ejemplos del nivel que se puede alcanzar con la imaginación en el etiquetado.

Porque es un hecho que compramos a través de los ojos, y la etiqueta forma parte del vestido del producto. Cuanto más encanto tenga ese vestido, más atractivo nos resultará el conjunto final.  

En DIBAL diseñamos, fabricamos y comercializamos etiquetadoras manuales y automáticas de gran velocidad. Ser dueños de todo el proceso nos otorga una ventaja que sabemos aprovechar: ofrecemos soluciones adaptadas a necesidades muy, muy concretas. A partir de los equipos estándar, somos capaces de obtener etiquetadoras que cumplen con los requerimientos marcados. A ello nos ayuda el hecho de que el 40% de nuestro equipo humano se dedique en exclusiva al desarrollo tanto de software como de hardware.

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